Según el Informe “THINK TANK Análisis de la Inversión Pública para Sanidad en España” es necesario reformar el sistema fiscal español.
La relación entre gasto sanitario público y PIB en España, durante este 2015, se sitúa en el 5,7%, frente al 6,7% de 2009. Según el Gobierno, no se prevé que el gasto sanitario público aumente antes de 2020 por encima del 6,5% del PIB (cifra que se alcanzó en el año 2010). Coincidiendo con el 25º aniversario de la publicación del Informe Abril Martorell, Fundamed, en colaboración con Gilead, ha reunido a un grupo de expertos para analizar qué medidas deberían adoptarse en el Sistema Nacional de Salud (SNS) para preservar su sostenibilidad futura, además de su elevado nivel de calidad, reconocido internacionalmente.
En este foro, los expertos consideran que la sanidad necesita más recursos económicos de los que dispone, por lo que apuestan por elevar la inversión en sanidad en relación con el PIB hasta el 7,5%. Fundamentalmente, para equiparar a España con los países de nuestro entorno y poder garantizar la sostenibilidad del sistema, lo que supondría un incremento de entre 10.000 y 20.000 millones de euros.
En este sentido, medidas como las economías de escalas, compras centralizadas, riesgo compartido o cierta corresponsabilidad del ciudadano con el sistema podrían mejorar los ingresos directos y disminuir el gasto, según se plantea en el documento.
También , se contempla que los presupuestos se adapten mejor a la realidad del SNS, estableciéndose presupuestos de ciclo o plurianuales.
Respecto a cómo mejorar los ingresos del sistema se parte de que base de que el Acuerdo de Financiación vigente se basa en la transferencia por parte del Estado a las Comunidades Autónomas de un porcentaje de los ingresos fiscales. Esto, comparado con los países de referencia, destaca que España tiene un problema en relación a su sistema fiscal. Teniendo figuras impositivas y tipos similares, su recaudación es ocho puntos de PIB más baja.
Los expertos señalan que se debe fortalecer el modelo fiscal para lograr unos ingresos en relación al PIB en la media de los países de la UE. Es decir, una mayor autogestión de las CC.AA., más participación en los ingresos fiscales, que se atienda a la base poblacional de cada comunidad ajustada por edad, o contar con una financiación específica para unidades y servicios de referencia son algunas de las fórmulas que se plantean.
No obstante, ninguno de los expertos participantes considera el copago por asistencia sanitaria como una fuente de financiación.